Nevado Huascarán.

Bueno como bien os dije hace siglos...alla por agosto, os pongo el reportaje de Roberto y Elena en el Huascaran, lo han redactado ellos, y me ha parecido oportuno no alterar el texto, eso si he incluido unas fotos que me han pasado ellos, espero que os guste.


Ascensión Nevado Huascarán Sur – 6.768 m

Los montañeros eibarreses Elena Julián y Roberto Ruiz han conseguido superar este Agosto su  difícil reto de hollar la cumbre del Nevado Huascarán Sur a 6.768 m de altitud sobre el nivel del mar, cota más alta de los Andes del norte, en la Cordillera Blanca de Perú. La expedición ha sido patrocinada por Kein Group Asesoría, empresa de Elena y Roberto, y por Mara Mara Mendi Kirolak con aportación de diverso material técnico.
Después de una buena preparación en nuestras montañas  –Urko, Kalamua, Anboto, etc., etc  y en el Pirineo Aragonés haciendo tres miles  –Aneto, Marboré, Frondellas,…-, Elena y Roberto volaron a Perú el pasado ocho de agosto. El día nueve se instalaron en Huaraz, ciudad cabecera del valle denominado Callejón de Huaylas, encajada en los Andes entre la Cordillera Blanca y la Cordillera Negra a 3.089 m de altitud, desde donde iniciaron el proceso de aclimatación en altitud. El Callejón de Huaylas se enclava en zona sísmica. En 1970 un terremoto de magnitud 7,9 y el alud subsiguiente sepultaron completamente el municipio de Yungay, a unos 58 km al norte de Huaraz; la propia Huaraz fue prácticamente destruida y toda la comarca fue muy afectada, estimándose que murieron unas 100.000 personas.
Como no disponían de mucho tiempo la aclimatación fue un poco corta, con algún trekking  en altitud, culminando con la ascensión al Nevado Pisco, de 5.752 m de altitud, el día once de Agosto.  Esta montaña se hizo muy dificultosa debido a que  todavía estaban sin aclimatar correctamente, a que también es una montaña grande y a que la ascensión es glaciar desde los 4.900 m aproximadamente.

Os pongo unas fotos de ese dia.






 Roberto y Elena en la cumbre del Nevado Pisco.




 Después de descender del Pisco, con una pequeña tregua de trekking a 5.100 el día trece de agosto, comenzaron el ataque al objetivo principal, el Huascarán Sur de 6.768 m, el día catorce de agosto.
Decidieron hacer la ascensión junto con un amigo italiano, Michelangelo Cristoforetti (Miche), especialista en escalada en hielo. Compusieron para ello un grupo de siete personas: dos guías del lugar, expertos conocedores de la montaña, dos cocineros-porteadores, y los tres montañeros, Elena, Roberto y Miche. Cada uno se porteaba todo su material excepto víveres y tiendas que eran porteadas por los cocineros porteadores. El periplo comenzó el día catorce acercándose en todo terreno hasta la aldea de Musho a 3.400 m de altitud. Allí se cargó el material en burros y caballos para subirlo hasta  4.200 m donde montaron el Campo Base. El grupo se entendía en castellano y en inglés; los nativos hablaban entre ellos exclusivamente en Quéchua, idioma oficial adoptado por el estado Inca, anterior a la llegada de los españoles con Francisco Pizarro. El Quéchua actual tiene notables influencias del castellano, no obstante es ininteligible para los castellanohablantes.
Al día siguiente recogieron el campamento  y se adentraron en el glaciar oeste del Huascarán Sur , ascendiendo con todo el material hasta 5.200 m, donde se montó el Campo 1. 

 Al fondo los Huascaranes.
 Espera.
 Preparativos.

Porteo hacia el campo 1.

Os dejo una serie de fotos con el Huascaran de fondo.






El atardecer y la noche en el Campo 1 fueron inquietantes, cada poco se desprendía  con gran estruendo algún alud debajo del collado entre las dos cimas del Huascarán, la Sur y la Norte, en una zona ligeramente hacia el norte de la ubicación del campo. Octavio, el guía más experto de los que les acompañaban, un nativo, auténtico “explorador indio”,  buen conocedor de la montaña, afirmaba que la posición del campo era segura…, aunque seguro al cien por cien no hay nada en una montaña de esas dimensiones. En cualquier caso los aludes no les permitieron pasar una noche muy relajada, conciliando un buen sueño; al contrario, eran como un despertador de repetición, desvelaban a todos manteniéndolos permanentemente inquietos, en duermevela, en la incertidumbre de ser arrastrados en cada ocasión, hasta que el estruendo cesaba. Al fin pasó la noche y las tiendas seguían en pie, y los montañeros en ellas.
De madrugada temprano, sobre las tres y media de la mañana, nuevamente previo desmontaje y recogida del material, arrancaron para subir al Campo 2 a 5.980 m. La subida del Campo 1 al Campo 2 se ha de hacer muy temprano para que el glaciar mantenga su consistencia mientras se progresa por él; hacerlo más tarde implica un riesgo mucho mayor de desprendimientos y avalanchas, de roturas los puentes de nieve en las grietas, etcétera. A estas altitudes y cargando con todo el material, la ascensión al Campo 2 se hace muy penosa y ciertamente arriesgada; es preciso ascender el conocido paso de la “Canaleta”, paso por el que hay que progresar todo lo rápido que se pueda debido al alto riesgo de avalancha que concentra, lo cual no es fácil debido a su inclinación –sesenta a sesenta y cinco grados en algunos puntos- y a la dureza de la cobertura helada durante la todavía noche. Llegaron finalmente a la ubicación del  Campo 2. Este no  consistía más que en dos pequeñas tiendas de campaña en un terraplén helado bastante inclinado entre dos grietas del glaciar colgante del collado entre los Huascaranes. El espacio era tan escaso que se hubo  de excavar para crear un pequeño rellano donde asentar las tiendas y otro más pequeño para los “servicios higiénicos”. Para moverse en este terreno había que hacer uso constante de crampones y piolet y en algún caso de aseguramiento con cuerda, de otro modo el riesgo de caída en la grieta inferior al campo era notable. En este terreno uno no se puede descuidar ni en las visitas a “Roca”, que por otro lado han de ser brevísimas si uno no quiere quedarse “duro”. Las sopas con pasta que son la base de la dieta de altura han de consumirse ipso-facto so riesgo de enfriamiento inmediato y endurecimiento de las mismas. La confortabilidad urbana no existe…

Os dejo una serie de fotos de la ascension al campo 2.










Tuvieron los eibarreses una gran suerte con la meteorología, el tiempo fue bastante estable todos esos días, con vientos suaves los dos primeros días del Huascarán bajando a flojos los posteriores. Esto fue fundamental  ya que es el viento uno de los grandes enemigos en las ascensiones en altitud. Nevó ligeramente en el Campo 2 el primer atardecer pero sin más incidencias el grupo se puso en pie a las 00.00 horas del día siguiente para, después de un desayuno frugal, iniciar la marcha de ascensión a cumbre a la 1:04. Nada más entrar en el collado encontraron los restos de un gran alud de placa desprendido del Huascarán Sur cubriendo prácticamente toda la zona, era enorme... Casi había alcanzado y tapado el Campo 2. Por fortuna el alud fue anterior a su llegada al Campo 2 y la zona parecía estabilizada.
Una montaña de las dimensiones del Huascarán, completamente cubierta de glaciares, puede cambiar notablemente de una temporada a otra. En las últimas décadas el cambio climático global está acelerando los cambios. La vía normal del Huascarán Sur era muy dura debido a las condiciones de altitud pero técnicamente previsible. La vía alternativa del “Escudo” es una pared de hielo azul de unos quinientos metros, no viable para los eibarreses, que no son especialistas en escalada en hielo. Pero la vía normal no era practicable esta temporada; la montaña tenía dos grandes “heridas”, dos grandes nuevas grietas, que hacían imposible la normal. Afortunadamente el guía nativo conocía la problemática y establecieron otra ruta, desafortunadamente bastante más larga, y también técnicamente bastante más complicada , pero al menos practicable. Así que nuestros montañeros  fueron hacia arriba, por palas de fortísimas pendientes,  superando diversos obstáculos, hasta un punto a unos 6.350 m donde creyeron que terminaba la aventura. Se había abierto otra gran grieta que inicialmente parecía insuperable. Nuestros montañeros creyeron que hasta ahí llegaba su aventura pero no, se percataron de la existencia de una pequeña y frágil plataforma en el centro de la grieta, a unos cinco metros de profundidad, que podía permitirles superar el obstáculo. Y así fue, se descolgaron hasta la misma uno por uno y subieron por el otro lado, asegurando los pasos en todo momento con el material técnico: cuerdas, tornillos de hielo, estacas de nieve, etc. A partir de ahí la cima ya estaba prácticamente conseguida, y a las 10:30 horas la hollaron. Una capa de nubes a unos 6.500 m de altitud impidió la visibilidad periférica, el valle estaba completamente “cubierto” ese día; se veía únicamente la cumbre cercana del Huascarán Norte. Adjuntamos foto de cumbre, detrás de Elena, a su izquierda, puede verse la cumbre del Huascarán Norte, ligeramente más baja que la Sur.
Alegría, las fotos de rigor e inicio rápido del descenso para minimizar riesgos de aludes y anochecida en el trayecto. Destrepe de los obstáculos, que siempre son más complicados que en la subida y llegada al Campo 2 a las 15:14 horas, después de más de catorce horas de esfuerzo. Evidente satisfacción, reposición de fuerzas y descanso para abordar al día siguiente el todavía complicado descenso hasta el Campo Base y posteriormente al poblado de Musho donde todo empezó. El día diecinueve de Agosto estaban de vuelta en Huaraz, entonces sí, celebrando las cumbres.

Os dejo unas fotos de la cumbre y el descenso.





 La publicidad que se vea bien muy importante.

Tanto en la cumbre del Nevado Pisco, 5.752 m, como en la del Huascarán Sur, 6.768 m, Elena y Roberto enarbolaron con orgullo los trapos con el Escudo de Eibar y los logotipos de los patrocinadores, Kein Group Asesoría y Mara Mara Mendi Kirolak.


Espero que os haya gustado este reportaje, de Roberto y Elena.



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